Tierra parda y estéril: la sequía histórica de Bolivia – en imágenes

Tierra parda y estéril: la sequía histórica de Bolivia – en imágenes.
En noviembre y diciembre del 2016, y en enero del 2017, el fotógrafo Marcelo Pérez visitó los reservorios que abastecen de agua potable a La Paz, la capital, y la ciudad vecina El Alto, para documentar los niveles críticos que alcanzaron.
Las represas de Inkachaka, Ajunkota y Hampaturi abastecen de agua potable a más del 30% de la población de La Paz.
Visitar la represa fue surreal, dice Pérez: ‘Fue como estar en un planeta aislado.
Yo esperaba ver militares o personal de la compañía de agua, pero el lugar estaba totalmente vacío.
Parecía una zona de postguerra o una mina abandonada.’ En las zonas rurales, la sequía desencadenó conflictos entre mineros y agricultores sobre el uso de los acuíferos.
Esta vez, los manifestantes exigieron que el presidente Evo Morales retirara del cargo a Alexandra Moreira, ministra de medio ambiente y agua.
La sequía se vio además exacerbada por el rápido retroceso de los glaciares de Bolivia, de los cuales dependen La Paz y El Alto para recibir la mayor parte de su agua potable.
En el momento álgido de la sequía, las tres principales represas que suministran a las dos ciudades más grandes no estaban recibiendo escorrentía de los glaciares, lo que causó que se secaran casi por completo.
A principios de 2017, el gobierno boliviano utilizó una forma de modificación del clima llamada siembra de nubes con el fin de incrementar las lluvias y atenuar la sequía.

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